03 - Decirte que este amor no va a ninguna parte es mi especialidad

Enamorados del conflicto y de la persona.

¡Igual que se suele estar a los pies de los complejos y las vicisitudes! Se suele decir que nadie está listo. Solo puedo decirte que este amor no va a ninguna parte; ni el tuyo, ni el mío. Ni juntos, ni cada quien por su lado. Es como una marca del destino, claro, sí es que existe algo como el destino. Cubiertos además por una especie de impotencia combinada por el masoquismo emocional al buscarnos tantas veces. Y otras cuando yo te busco pasando a visitar la Ciudad de México mientras me pierdo entre sus calles donde nos amanecemos y terminamos en tu cama. Ni el destino, ni las emociones emanadas de nuestras vidas fracturadas... esto es más por las añoranzas de una vida bien lograda.

Decirme que este amor no va a ninguna parte, es tu especialidad. Una que no termina de encajar entre nosotros porque a veces nos da pereza tanta libertad, y otras porque nos es ajena al no saber descansar entre un proyecto y otro, en donde terminamos por ver las nuevas caras de la saciedad emocional. Pero pasa que el gusto pronto se nos desgasta. La ausencia y el hartazgo son dos caras de una moneda cuyo único valor se encuentra en el deseo mundano.

Por supuesto que uno puede enamorarse del conflicto y de la persona, pero lo peor es cuando eso les llega a los que solo creen que pasan por el mundo como un cometa distante: espectáculo bello y efímero (tema radical para las charlas en las madrugadas). La fealdad dura más que la belleza. Acá entre nos, decirte que este amor no va a ninguna parte, es mi especialidad... aunque todavía parezcan, como retazos, los esfuerzos por encontrarle lugar a la capacidad de amar.

O de tentarnos, quizá.
Nadie está a salvo.

Saber elegir es una virtud. La virtud de la enseñanza del olvido.
Y tú ya elegiste... por ende, para mi, la elección es un inicio.